Battlefield
Un rayo de luz entró en el pasillo largo de camillas blancas y, busqué con la mirada aquella sonrisa opacada, aquél rostro que nunca olvidaré bajo un diluvio de balas. Antes de habitar aquél recinto y durante mucho tiempo, mi vida era ese campo de batalla. Es gracioso cuando ahora pienso cómo tus manos tímidas me hacían sentir a salvo. Una y otra vez escapamos de esas bombas que lanzan los cuerpos al aire. Saltando el alambrado de púas en ese trance, atravesabamos la ciénaga, intercambiábamos miradas con las caras pintadas de carbón y el aliento entrecortado y, nos refugiabamos dentro de aquellos vagones abandonados en medio de los terraplenes en la noche fría. Ahora me vienen los recuerdos a intervalos... Aquél cerdo destrozaba mis entrañas una y otra vez debajo de mis faldas de niña; ejercía con fuerza presionando mi cabeza contra el cristal dentro del coche. Así, había amanecido, envuelta en el fango mudo de los arrozales que se erguían en la mañana lluviosa. Despu
